Según nuestras creencias, cuando nos encontramos en el cielo y deseamos venir a la tierra, vamos a un lugar llamado Ìsálú Òrún, en ese lugar es donde nuestras almas reciben un nuevo cuerpo y seguimos una serie de pasos los cuales finalmente nos llevan ante olodumare (Dios).
Delante de el, Orumila y nuestro ángel de la guarda (Orisha Alagbatori) solicitamos quienes queremos que sean nuestros padres, nuestro destino, personalidad, ocupación,
suerte y un día fijo para regresar al cielo. Olodumare (Dios) nos escucha pacientemente y al finalizar nos da la bendición.
No importa que hayas escogido, Olodumare (Dios) te dará uno que otro Consejo, pero jamás te negará lo que tu mismo has solicitado como destino.
Sin embargo, debido a una sentencia de la deidad del infortunio, cuando llegamos a la tierra, olvidamos todo lo que solicitamos ante Olodumare y por eso llegamos a este mundo sin conocer lo que hemos pedimos.
Es por este motivo que es tan importante recibir la Mano de Orula, ya que lo que hemos pedido,
se verá reflejado en los signos de ifá y nuestros testigos: Orunmila y nuestro Ángel de la Guarda, nos
revelaran que fue lo que pedimos ante Olodumare (Dios) y asi tendremos una guía y consejos, los cuales nos ayudarán a alinear nuestra cabeza con el destino que escogimos y asi poder lograr el éxito.
NOTA: Es nuestro propio signo el que nos da la guía correcta para seguir el camino y vencer los obstáculos. Al no seguir los consejo que Orumila nos da, somos nosotros los que forzamos que las cosas se empeoren o no nos salga bien.
Awo Orumila Iwori Ojuani
Yoan Manuel Mere Llorente
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